Desde una tradicional aldea pesquera Irlandesa, pudimos acceder con una pequeña embarcación a unas soltarias Islas en medio del Mar del Norte. Cubiertas por un mullido manto de verdes helechos, nada mas desembarcar sientes que estas en un lugar salvaje, automaticamente comienzas a respiras un inolvidabe y particular olor el cuál desprenden los excrementos de miles de aves marinas que nos sobrevuelan a escasos metros de nuestras cabezas.
Un clima suave pero cambiante, pasas en escasas horas de un cielo azul, a un temporal con lluvias y ventisqueros intermitentes, aún así las temperatura es sumamente agradable. Un lugar mágico, de documentales, acantilados repletos de gigantescas colonias de: Alcas, araos , frailecillos, Gaviones atlánticos, fulmar, gaviotas tridactilas, alcatraces, junto con las focas grisis al pie de los mismos , hacen que tu estancia en este lugar sea inolvidable.
Un lugar increiblemente fotográfico, al que sin dudas volveré.